miércoles, 22 de octubre de 2014

Nuestra casa es un castillo


En la clase de Quique están dando las distintas viviendas del hombre. Había que hacer un trabajo sobre cualquier tipo de casa. Nosotros elegimos un castillo, naturalmente. Y, tal y como están los tiempos, bien fortificado. 

1- Fachada norte. Puerta de los Blázquez. 



2- Fachada este. Plaza de Oriente.



3- Fachada sur. Caballerizas. Puerta (y puente levadizo) de los Máiquez.



4- Fachada oeste. Puesta de sol. Escena lírica. 


Ni qué decir tiene que disfrutamos como niños con el trabajo. 

Y, sin embargo, me perdí lo mejor. Acostándolos, Leonor oyó lo siguiente. Carmen no para de hablar y anoche preguntaba: 

—Mamá, ¿las niñas por qué son más dulces que los niños?, ¿por qué son más listas (sic)?, ¿por qué tienen el pelo largo?...

Quique, en voz baja y con pocas palabras, como suele, preguntó, yendo al quid:
—¿Por qué los niños tienen cola?

Pero su hermana mayor le corrigió rápidamente:
—Cola no, el pelo corto, son las niñas las que tienen melenita o cola o trenzas, ¿por qué?, ¿por qué?...

Quique a eso no respondió ni se explicó más, ¿para qué?




2 comentarios:

Alejandro González Degetau dijo...

¡Espléndido!

Aunque para que el castillo hubiera lucido "especialmente encastillado", eché en falta la presencia de un joven en el puente levadizo con una inmensa llave de oro.

Aún así, el resto (y sobretodo la escena lírica), es bastante chestertoniano.

Y, bueno, ya que estamos en esas, las preguntas de Carmen me urgieron una respuesta como la que dio Miguel d'Ors a su hija Laura de 9 años.

El poeta no estaba presente, de acuerdo, pero ¿qué habrá contestado Leonor?

Adaldrida dijo...

Es geniaaaaal por favor, vengo muerta de risa en el tren.