jueves, 26 de enero de 2017

Inéditos de ida y vuelta


Lo bueno de tener un día muy malo es que uno se atreve a decir su verdad. Así que ayer, a alguien que me pedía mi dirección de e-mail para mandarme unos inéditos, le dije, con toda sinceridad: "Tengo una relación fatal con la lectura de inéditos, cuando el autor espera un juicio. Pierdo el placer de la lectura, que se me profesionaliza, y me agobia muchísimo equivocarme en el dictamen. Seguro que no te hace falta mi opinión, que será pobre y alicorta. Un abrazo muy grande". Pero también es verdad que a la lectura de inéditos y manuscritos de amigos y conocidos debo algunos descubrimientos deslumbrantes, aliñados con el placer de la primicia. Acabo de leer parte del próximo libro de Ander Mayora que por ahora se titulará En el páramo, y le ha dado permiso al Barbero del Rey de Suecia para seleccionar sus fragmentos: 


Palabra esencial es aquella cuya ausencia nos destruye. 
La contradicción nos hace verdaderos. La nocontradicción, tan solo coherentes. 
Ser fiel a uno mismo es ser fiel a lo que se hereda. 
Las novedades son el alimento del que se nutre el olvido. 
Querer ser alguien es querer ser los demás. 
Hay lecturas que arman de argumentos y otras que despojan de ellos. 
La filiación divina del hombre ha sido sustituida por su filiación al concepto materia. Siempre, en todo caso, a la busca de un padre. 
Las alusiones al yo se justifican por ser uno mismo el que escribe. Si el yo le resulta odioso, usted no tiene más que soltar la pluma (o el libro). 
La única ley que existe es la ley no escrita. 
La aceptación es un rasgo aristocrático; y la sempiterna llamada a cambiarlo todo no es sino la cantinela recurrente de lo plebeyo. 
A los que denuestan la gracia divina concedida a reyes y gobernantes es preciso recordarles que campesinos y artesanos lo eran también por esa misma gracia. 
La búsqueda de Dios es resuelta por muchos mediante la proclamación de su ausencia. Pero es ésta la que, precisamente, señala el lugar. 
La evaporación de la metafísica ha dejado a la vista la cal sulfúrica de la economía.  
* 
TEATRO. DE SENECTUTE. 
Acto único. Escena única. 
JOVEN: ¡Viejo! 
ANCIANO: ¡Ignorante! 
JOVEN: ¿Ah, sí? ¿Y qué sabe? 
ANCIANO: ¡Bastante menos que usted! 
Telón

El fin del pensamiento llega cuando el pensar se abandona por la psicoterapia. 
La enferma pretensión del progresista consiste en querer cambiar el curso del río sin conocer el sabor de su agua. 
El apunte es una perla para el perezoso, y un latigazo para el impaciente. 
Corregir la realidad mediante la razón es como pedirle a la rama que corrija el tronco.



4 comentarios:

Pablo75 dijo...

"JOVEN: ¿Ah, sí? ¿Y qué sabe?"

Para mí falta un "usted" en la frase: "Y usted qué sabe?"


Y el último aforismo quedaría más "simétrico" si se escribiera:

"Pedir a la razón que corrija la realidad es como pedirle a la rama que corrija el tronco."

Anónimo dijo...

Lo tendré en cuenta. Gracias.

Un saludo

Ander

Varenka dijo...

Maravillosos fragmentos. Ander Mayora... tomo nota y voy a google. Gracias por compartir.

Marcela Duque dijo...

¡Gracias, Barbero! Muy buenos.
"Querer ser alguien es querer ser los demás," me hirió como un rayo. Gracias, Ander.