miércoles, 21 de junio de 2017

Rompimiento


Me he hecho el firme propósito de no echarle la culpa de nada [de la que no lo tenga] a la jefatura de estudios, que se me había convertido en la coartada universal. Tampoco la culparé a partir de ahora de la falta de continuidad de este blogg. 

Que enfrenta sus propios problemas interiores, como yo. En su caso, el de la repetición. Ayer vi al Rey, desde mi posición esquinada de caballo o peón, pero eso es de columna de opinión, y también vi a dos pájaros carpinteros, y eso sería de Rayos y truenos, porque tuvo mucho de rompimiento de gloria. Y porque se puede poner una foto:



El problema es que, foto aparte, la historia se parece a la que ya he contando mil veces. 

Me quedé un rato más en el IES para mandar mi artículo (supra) y salí tarde. A medio camino, me entró la duda de si había apagado o no el aire acondicionado del despacho. Como iba a la fresca del aire acondicionado del coche, no me costó casi nada volverme. Fue entonces, en el IES, cuando descubrí [que sí había apagado el aire acondicionado y] a dos pollos crecidos de pájaros carpinteros. El de la foto, que no es mía, podría ser su padre. Me hizo gran ilusión, porque los había oído muchas veces, pero visto ninguna. Como el calor que hacía era aplastante, estaban muy quietos y posados y yo los veía desde el coche muy cerca y muy tranquilo, aunque sin bajar la ventanilla. Tenían tanto calor que parecía que su cresta roja era que les había salido ardiendo el cerebro. Ahora pienso que si llego a abrir la ventanilla lo mismo se me meten al abrigo (ejem) del aire acondicionado del coche. 

Lo que he contado mil veces ya es lo maravillosa que es la vida. Uno se da la vuelta como un idiota en un día duro y se encuentra el regalo de unos pájaros bellísimos sólo para él. Pero ¿cómo resolver el problema diarístico de la repetición? Los pájaros carpinteros no se calentarían la cabeza: martillearían siempre con lo mismo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo vengo a este blogg todos los días, precisamente a que me cuentes también "siempre lo mismo". ¡Gracias!

Fátima Rodríguez dijo...

Lo mismo digo : GRACIAS!!!!