Llevaba quince días mordiéndome la lengua o, mejor dicho, los puños o, mejor dicho, el teclado del ordenador para no hablaros de Cathaysa. Quería que se publicara en "El País de los Estudiantes" la entrevista que me hizo para hablaros de ella con la excusa del enlace. La espera ha sido en vano, porque ahora, que ha salido, resulta que la página no se puede enlazar o no sé hacerlo. Pero no importa, porque en la entrevista yo no decía nada nuevo y hay que tener cuidado en los bloggs con que no nos estalle el autobombo entre las manos y, en fin, de lo que se trataba, ya digo, era de Cathaysa.
Es una alumna de mi Instituto a la que no doy clases y en la que incomprensiblemente no me había fijado hasta que entró en mi despacho acompañada de una grabadora y de un chico (casi) invisible. Lo más interesante de aquel día no sale en la entrevista inenlazable. Hablando con ella (y algo con él) me contó Cathaysa que, además de venir por las mañanas al Instituto y de hacer prácticas de Periodismo y de estudiar por las noches, dedicaba todas las tardes cinco horas a la Danza en el Conservatorio.
Cinco horas. Y yo, que voy de escritor y que iba a ser entrevistado dándome fuste, me revolví: ¿cuántos días --me dije-- le dedicas tú a lo tuyo lo que ella a su danza? Lo bueno de ser profesor es las lecciones que te dan. Y ahora, cada vez que me cruzo con Cathaysa por los pasillos, vaya si me fijo. Yo, y mi conciencia, que también se fija: ¡cinco horas!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
No era Cathaysa, era Terpsícore.
El doctor Marañón, que llevaba adelante cuarenta mil cosas, decía de sí mismo que era un "trapero del tiempo". Aprovechaba cada uno de esos minutos sueltos entre una cosa y otra, que nosotros, las personas vulgares, empleamos en mirar las musarañas, o simplemente cerrar los ojos un rato.
Pero seguro que no tiene un Blogg que nos haga disfrutar y sentirnos menos solos, menos raros; y seguro que no visita los de sus amigos diciendo cosas interesantes, simpáticas y siempre amables.
Pues eso, que gracias por tus amables palabras (¡ah! y seguro que tampoco envía libros estupendos a desconocidas pidonas).
Mejor, "pedigüeñas", CB.
Bribón, seguro que la miras por las cinco horas...
Ya quisiera yo tener cinco horas disponibles para escribir. Pero entonces, ¿cuándo leo?
Cathaysa, un presunto nombre guanche en El Puerto de Santa María. Tengo curiosidad por leer la entrevista, si finalmente puede enlazarse, hazlo, please.
Esto de llegar varios husos horarios después a este blog hace que me saquen las palabras de la boca. Iba a decir: "Pero Cathaysa no tiene blog".
Perdona, CB. Fue una impertinencia.
Publicar un comentario