domingo, 5 de octubre de 2008

Constato un hecho

En la boda de ayer, en el marco incomparable del consistorio jerezano, el momento más emocionante fue cuando la señora alcaldesa recordó que el Código Civil manda a la nueva pareja, (bueno, la pareja venía de largo, digamos al nuevo matrimonio) compartir paritariamente las tareas domésticas. Ella le echó entonces una mirada intensa, como quien da un codazo, y él sonrió, tímido, abrumado por el peso de la nueva responsabilidad. Un estremecimiento sentimental recorrió la sala.
A la salida, los invitados comentaban el lance.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero, sorprendentemente, el actual Código Civil no indica, en sitio ninguno, que los dos miembros estén obligados a compartir el trabajo no doméstico. Desde el punto de vista legal, en estos momentos un hombre o una mujer que trabajen ocho horas al día fuera del hogar están obligados a la parte alícuota de las tareas domésticas, aún en el caso de que su cónyuge no tenga ninguna otra ocupación fuera de estas tareas domésticas.

Mi mujer estuvo tres años trabajando fuera del hogar, mientras yo me dedicaba en exclusiva a las tareas domésticas y a mis aficiones. Menos mal que no la metieron en la cárcel por haber delegado por completo en mí las faenas de la casa.

E. G-Máiquez dijo...

Magnífica observación, anónimo. Te la robaría para un artículo si supiera quién eres, pero claro, robarle a un desconocido, no sé...