martes, 2 de marzo de 2010

Sabines me salvó

Anoche me acosté más bien rendido. No había pasado nada grave, pero poco a poco el día había ido comiéndome la moral con un goteo intermitente e ininterrumpido como la gotera que ha salido en el cuarto de baño, estaba de prosa hasta el punto y coma, todas las gestiones se congestionaron, sólo Juan Ignacio me celebró la exégesis evangélica, Leonor estaba empeñada en que cuelgue más cuadros aún... En el último momento, al borde mismo de la escalera se me ocurrió echar mano de Jaime Sabines, aunque como estaba sin fuerzas, sólo me sentí capaz de acarrear su antología Uno es el poeta, publicada en Visor. Y fue mano de santo. Media hora después estaba en la gloria. Dormí como un bendito. Dios (y su tía Chofi) se lo paguen.

El amor es el silencio más fino.
***
Cita de Heráclito: Penoso es luchar con el corazón. Cada uno de nuestros deseos se compra al precio de nuestra alma.
***
Hiciste bien en morirte, tía Chofi,
[...]
... y a leguas se miraba
que querías morirte y te aguantabas.
[...]
Yo no quiero elogiarte como acostumbran los arrepentidos,
porque te quise a tu hora, en el lugar preciso
[...]
y un Dios justo y benigno ha de haberte escogido.
Nunca ha sido tan real eso en lo que creíste.
Tan miserable fuiste que te pasaste dando tu vida
a todos.
[...]
En el medio justo de dos o tres ideas que llenaron tu vida
te repetías incansablemente
[...]
Vas a ser olvidada de todos
como los lirios del campo,
como las estrellas solitarias;
[...]
serás como la niebla intocable, hálito de Dios que despierta.
[...]
y bajo la hierba, que te hace una cortina para mirar al mundo.
***
¡De pie, esqueletos!
Tenemos las sonrisas por amuletos.
¡Entremos en la danza,
en las cuencas los ojos de la esperanza!
***
Tú estás cantando siempre sin darte cuenta. Eres igual que el agua.
***
Cuando tengas ganas de morirte
[...]
Quédate dos días sin comer
y verás que hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
***
"Lo mejor de la escuela es el recreo"
dice Judit, y pienso:
¿cuándo la vida me dará un recreo?
¡Carajo! Estoy cansado. Necesito
morirme siquiera una semana.
***
Si te sacas los ojos y los lavas
en el agua purísima del llanto,
¿por qué no el corazón
ponerlo al aire, al sol, un rato?
***
¡Maldito el que crea que esto es un poema!
***
Morir es retirarse, hacerse a un lado
[...]
y estar en todas partes en secreto.
***
Me encanta Dios. Es un viejo magnifico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega. Y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna y nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero eso a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la vida sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.

Mueve una mano y hace el mar, mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento. Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.

A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

8 comentarios:

JuanMa dijo...

¡Qué preciosidad de lecturas! Comprendo que descansaras luego.

[i]Vas a ser olvidada de todos
como los lirios del campo,
como las estrellas solitarias;[/i]

Este fragmento y algunos otros retazos me han recordado algo que dice Domingo cuando subimos al Mulhacén: ¡Cuánta belleza gratuita! Sigue allí aunque nadie vaya a verla (derroche o generosidad del artista).
Me consuela pensar que hay muchas tías Chofis, aunque el mundo no las "visibilice".

Juan Ignacio dijo...

Me extraña que EGM, con tanto tiempo de blog, no sepa que el público va y viene. Porque por suerte la PC es algo que muchas veces, cuando las cosas importantes nos llaman, dejamos.

(Bah, no sé que me hago el superado).

Está dificilísimo elegir en este barbero pero creo, dejando magníficas afuera, que la mía es: "El amor es el silencio más fino".

Yo tuve una tía muy tía Chofi.

Anónimo dijo...

Hola, Garcia-Maiquez. Precisamente por tu apellido es por lo que me pongo en contacto contigo ya que mi suegro, ya fallecido, tenía ese mismo apellido, Maiquez y descendia del Puerto Santa María.
Mi suegra, que te lee en Misión está muy interesada en saber si tienes algún parentesco con su difunto marido.
De paso me dice que te diga que le gusta mucho lo que escribes, porque ve que "eres muy formal y con sentido común" y porque eres católico.
Si quieres nos contestas en el blog y si no, me dices cómo hacerlo de forma privada.

Saludos
Simón

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Son recias verdades las que escribe este señor:

La muerte como paso hacia el olvido,compartido con los lirios del campo y las estrellas solitarias. (Por cierto ahora Sirio y Aldebarán se veían bastante bien)

Y sobre la expansión y el tamaño del universo, otra gran verdad: los ateos empeñados en demostrarnos la inexistencia de Dios siempre están con lo mismo.

Los griegos se asombraban de igual forma con su universo recogido y nosotros no somos más inteligentes que ellos.

Y si al final está el vacío y la nada mayor es el misterio y, detrás del misterio, siempre te espera Dios.


Saludos de su seguro lector. (también ayer)

Sandra dijo...

"Cuando tengas ganas de morirte
[...]
Quédate dos días sin comer"

No es tan sencillo morirse (frase de la peli "Mi vida sin mi") y nada más cierto ;)

Cristina Brackelmanns dijo...

Yo también me quedo con la que abre y resume el resto. Y con "hacerse a un lado... y estar en todas partes en secreto".
Que Dios bendiga a Dios, y a Enrique GM.

(y no te celebré la exégesis porque no sabía como decir "Y se puso a servirles" sin que sonara a ingratitud por un lado y a rapapolvo por otro. Es que es un milagro que siempre me deja inquieta, no sé si porque ya me voy viendo de suegra sirvelangostinos, o porque el día que me levanto -y me vuelvo a la cama- con 40 de fiebre me llevo un alegrón. Lo dice muy bien Sabines: Carajo, estaba cansada, necesitaba tener fiebre siquiera una semana. De todos modos, servir a Jesús tiene que ser bien distinto que servir al yerno, con perdón...)

E. G-Máiquez dijo...

Muchísimas gracias por leer conmigo a Sabines y hacerlo tan bien. Y perdón por la quejica que se me ha escapado de ayer. Hace bien JI en tirarme de la oreja. Y CB de la otra, porque el milagro tiene más que gracia, por supuesto, aunque también tiene gracia el plural: se puso a servirles, y no sólo a servir a Quien la había curado, que fue el único que la vio. Luego está efectivamente la fiebre, que comparada con una lepra, parece poca cosa... pero que hay que pasarla...

Y aúpa por las tías Chofis del mundo, y por los que hemos tenido el privilegio de ser sus sobrinos. Hip, hip, hurra.

E. G-Máiquez dijo...

Hablando de familia, Simón, querido primo probable, lo más lógico es que tu mujer y yo seamos parientes. En el Puerto hay dos ramas de Máiquez, lejanamente emparentadas. Mi bisabuelo, que sólo tuvo dos hijas, una monja y mi abuela, tenía tres hermanos que acabaron fuera: uno en Londres, otro en Argentina y el menos viajado en Zaragoza. No sé si tu suegro sería hijo o nieto de alguno de esos. En otro caso, puede ser de la otra rama, con las que ya digo nos tocamos muy de lejos, pero nos abrazamos muy afectuosamente y nos tratamos de primos. Lo dicho, entonces,

un fuerte abrazo.

Y agradece mucho a tu suegra sus palabras de ánimo.