miércoles, 21 de abril de 2010

La viva imagen de la política española

Y por si hiciera falta, aquí se explica.

16 comentarios:

Mora Fandos dijo...

Buena metáfora, Enrique. Muy de acuerdo con todo.

César dijo...

Quieren tapar la trama Gürtel a cualquier precio, y por eso sientan en el banquillo a Garzón, a quien deben de considerar algo así como el chivato que fue a denunciar a los matones del colegio ante el director.Están usando la investigación de los crímenes de la dictadura que quería hacer su compañero y por lo tanto enemigo Baltasar Garzón como tapadera, lo cual es un insulto a todas las víctimas, que han convertido en simples maniquíes, a los que pueden vestir y desvestir a su gusto.
Todos pertenecemos a un "coro mediático", todos estamos mediatizados desde la cuna.
PD:Creo, respetuosamente, que no conoce en profundidad el plitizado funcionamiento del poder judicial de este pais

M.M. dijo...

Algo se ha hecho mal cuando organizaciones de extrema derecha pueden sentar en el banquillo a un juez que intenta investigar los crímenes del franquismo. Sólo el vergonzoso olvido político de la reparación moral de las víctimas de la dictadura (asesinados, torturados, encarcelados y sus familiares), ha permitido llegar a esta situación.

E. G-Máiquez dijo...

Muchas gracias, César, por su respetuoso comentario, y a MM, también. Reconociendo mi ignorancia sobre el funcionamiento del sistema judicial, me parece un tanto excesivo suponérsela también a Luciano Varela y a los mismísimos magistrados del Supremo. Si algo se hizo mal con las víctimas del franquismo, han pasado más de 30 años y no sé cuántas mayorías absolutas de la izquierda para hacerlo mejor. Vuelvo a la metáfora del campo móvil, que ha visto muy bien MF: las leyes hay que respetarlas y no hablo sólo de la de anmistía, sino todas, también las que protegen las conversaciones de imputados y abogados, y rigen para todos. No se pueden cambiar a conveniencia, ahora para aquí, ahora para allá. El pensamiento de progreso tiene una peligrosa tendencia a pensar que el campo de juego también tiene que desplazarse incesantemente.

marinero dijo...

Como EGM podrá suponer fácilmente, estoy en desacuerdo con la sustancia, y con muchos de los detalles, de lo que dice.
Sólo le señalaré dos cosas: respecto a los magistrados del TC, decir que ahora se pretende "renovarlos porque no dijeron lo deseado" es ver las cosas de una manera, en mi opinión, muy sesgada. No se pretende -ni se debiera- renovarlos "ahora", sino al vencimiento de sus correspondientes plazos, producido hace ya bastante tiempo. Y lo ocurrido no es que "no dijeron lo deseado", sino que una vez más (y ya van tres años, si no recuerdo mal), no han dicho NADA, no han resuelto, sobre una ley cuya importancia no creo que EGM discuta, y que en todo caso no discute la ponente del propio Tribunal, que ha dimitido tras este nuevo fracaso. Si esos fracasos y esa demora en un asunto de la importancia de éste no le parecen a EGM motivo suficiente para plantearse acelerar una renovación del Tribunal que debía, legalmente, haberse producido hace ya bastante tiempo, ¿qué motivo le parecerá suficiente?
Digo más: si la ley pendiente de resolución fuera una de la misma importancia, pero con la que EGM estuviera de acuerdo y esperara con la impaciencia con la que lógicamente en Cataluña deben esperar el destino de su ley propia de mayor rango, ¿está seguro de que sus consideraciones al respecto no cambiarían en nada?
Y, en fin, así podría seguir desmontando "argumentos" que, en mi modesta opinión, no lo son, sino justificaciones "ad hoc" dictadas por una postura previa, pero me abstendré por no hacer infinito este comentario.
Sólo una cosa más: cuando habla, en su última frase, de la "tendencia" que atribuye al "pensamiento de progreso", ¿cree de veras que dicho "pensamiento de progreso" no ve en la ley (de cuyo imperio sobre el presunto "derecho divino" de los reyes, le recuerdo, es responsable directo) otra cosa que un medio del que servirse a su conveniencia, mientras que el pensamiento (¿cómo llamarlo? ¿conservador? ¿reaccionario?) es, por naturaleza y por definición, exquisitamente respetuoso con la ley?
En fin, desde los (ya varios) políticos del PP que cuando están en el poder defienden, "con razón, sin razón o contra ella" (es un verso de Unamuno) a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, y que ahora en la oposición acusan públicamente, sin pruebas y sin que se les ocurra presentar una demanda por las vías que la ley prevé (y eso, en mi tierra, se llama calumniar) a esas mismas fuerzas cuando actúan de un modo que no les conviene, hasta una infinidad de ejemplos, recientes o antiguos, que podría ponerle aquí, me parece que hay que ser muy ingenuo para ver así las cosas.
Ambos, el pensamiento conservador y el progresista -y sobre todo, más que los respectivos pensamientos, las actuaciones concretas en el terreno político del día a día- pueden y deben criticarse; pero ES FALSO que el pensamiento, o la acción, progresistas (uno de cuyos principios básicos es, repito, el del imperio de la ley, que es además aportación suya) sean menos respetuosos con ella que los conservadores. Al revés: lo que los conservadores pretenden conservar es, en muchas ocasiones, una situación de privilegio histórico, una situación que les favorece, y de cuya limitación por parte de la ley se han defendido históricamente por medios a veces tan "legales" (y "legítimos") como golpes de Estado, o guerras.
En fin, termino: temo que EGM tenga, para emplear sus propias palabras, "cierta tendencia" a dejar que, en política, sean sus convicciones previas las que dicten sus ideas e incluso su interpretación de los hechos, en lugar de juzgar éstos con tanta objetividad como le sea posible, dejar luego que sus ideas se basen en ellos, y por fin alimentar -y reformar, cuando lo precisen- dichas convicciones de acuerdo a lo que la realidad, y su propio libre juicio, le hayan mostrado antes.

E. G-Máiquez dijo...

¿Se ve la sonrisa del Señor de la Brède y Barón de Montesquieu al oír que los progresistas o socialdemócratas han aportado el imperio de la ley? Burke también sonríe. Y Tocqueville se parte.

¿Y está oyendo usted lo que andan diciendo ahora de los tribunales y de su legitimadad unos y otros, gobernantes incluídos?

Al PP, marinero, hágame el favor de no arrimármelo.

Y yo de partidario de tapar el caso Gürtel ni hablar.

Unknown dijo...

Hola, es la primera vez que entro, soy un alumno del IES Pintor Juan Lara, sí, ese que pregunto que tipo de literatura publicabais en tú editorial. Y me he acercado al recordar la conferencia que nos has dado hoy. Me tendrás muy a menudo por estos lares.

marinero dijo...

Que a EGM la idea de que el "imperio de la ley" (o, si lo prefiere por ir a los orígenes, la "rule of law" británica) es básicamente aportación del pensamiento que (mucho después) se dio en llamar "progresista", le produzca, por delegación, efectos cómicos, es asunto suyo; pero dichos efectos no pueden cambiar el hecho histórico de que uno y otra se constituyeron en lucha con el poder absoluto de los reyes, precisamente para limitarlo, o el de que era el pensamiento conservador el empeñado en mantenerlo y el progresista quien defendía su limitación.
Que a EGM, un suponer, le causase hilaridad la idea de que el Everest es la montaña más alta del mundo no cambiaría el hecho, ni disminuiría un centímetro su altura. (Lo de la "socialdemocracia", que yo no he mencionado, corre de su cuenta).
Y con respecto a "no arrimarle" al PP, no pretendo tal cosa, sino sólo recordar que el partido que, en España, es representación mayoritaria del "pensamiento conservador", muestra tener con la legalidad unas relaciones algo menos respetuosas, y bastante más acomodaticias, de lo que EGM parece creer, o al menos deja suponer que cree.
La otra gran representación política, en la historia reciente de España, del "pensamiento conservador" sería el franquismo. ¿Le recuerdo a EGM a César González-Ruano obteniendo, según él mismo contó, una licencia (creo que) de importación de un ministro amigo suyo, que le compraron a buen precio -como ya le habían prevenido- ¡sin salir del propio ministerio! -o sea, la corrupción institucionalizada como modo de funcionamiento "normal" del Estado? ¿o, en fin, lo respetuosas del marco legal que se han mostrado siempre las dictaduras, y ésa entre ellas? Sea por mala información, sea por ingenuidad, es para mí (y creo que para cualquiera que razone) obvio que EGM se equivoca al atribuir al "pensamiento progresista" una proclividad a ser poco respetuoso con la ley de la que el "pensamiento conservador" estaría libre.
La realidad se parece más a lo contrario: como ya le recordé en mi primera nota, la ley y su imperio surgieron precisamente para limitar en lo posible el abuso de quienes tenían poder (no necesitaré explicar a EGM que quien quiere conservar es normalmente porque tiene algo que perder). ¿Por qué cree que a las ciudades del Oeste donde imperaba la ley del más fuerte se les daba el calificativo de "ciudad sin ley"? ¿O acaso piensa que desde esa situación, de privilegio absoluto del más poderoso, serán precisamente quienes se benefician de ese poder quienes hagan los mayores esfuerzos por limitarlo?

E. G-Máiquez dijo...

Bienvenido, Francisco. Gracias por la visita y por atención de esta mañana.

Marinero, me rindo.

marinero dijo...

Pido perdón a EGM; no pretendía, en ningún sentido, "rendirle"; ni por cansancio, ni de ningún otro modo.
Y quiero aprovechar una vez más para expresar públicamente mi gratitud y reconocimiento porque admita del modo en que lo hace la disensión, y la razón posible de quien piensa de otro modo. En estos días he tenido, por desgracia, ocasión de comprobar que los propietarios de dos de los "blogs" que incluye en su lista de favoritos son menos tolerantes, y prefieren que quien disiente de ellos lo exprese en otros sitios, no en sus respectivos "blogs".
Como ya expliqué en uno de ellos, si intervengo a veces en foros de discusión ajenos a mis propias ideas es justamente porque creo en la convivencia posible, y hasta en el afecto, entre personas de ideas diferentes, pero capaces de respetar las del otro.
EGM demuestra día tras día ser un modelo en ese sentido. Ojalá, en bien de todos, hubiese mucha más gente como él.

Ángel Ruiz dijo...

Sí, Enrique, tienes la paciencia del santo Job (y me quedo con las ganas de saber quién será el otro que, como yo, ha sido poco paciente).

E. G-Máiquez dijo...

Ay, Marinero, que vamos a ser tres, aunque yo espero que sólo por esta vez. No te publico tu comentario porque para discutir con Ángel tienes su casa, si él quiere, pero en la mía, entre invitados, ponerse a ventilar sus cuestiones no me parece. Si me parece muy bien, y te lo elogio, que puntualices que no te parece bien dar el nombre del otro que también te censuró un comentario porque, dices con fina ironía: "Se dice el pecado, pero no el pecador". Eso tiene mucha gracia. También es justo que señales que lo mío no es de Santo Job, ni mucho menos, que Ángel exagera. En realidad, no es ni de Job ni de santo, porque si yo no censuro es porque tengo toda mi esperanza puesta en la autocensura.

Ángel Ruiz dijo...

Enrique, perdona, tenía que haberme callado; el hecho es que le eché a Marinero de mi blog y no debería haber seguido con la historia aquí.

marinero dijo...

Vista la tardanza en publicar mi nota, ya me había temido lo de la censura. No puedo decir que la apruebe, pero la comprendo y no me enfado, aunque es cierto que quien ha personalizado la discusión en tu blog no he sido yo. En todo caso, invito a quien sienta curiosidad por el tema a que vea, en el blog de Ángel Ruiz, la entrada del 19 de Abril, titulada "Cinco años", y observe que lo que se hace en el último párrafo es insultar gratuitamente a quienes no estén de acuerdo con el autor. Eso es, en sustancia, lo que yo le reprocho: se puede (y se debe) tener convicciones propias, pero no insultar a quienes tienen otras simplemente por el hecho de tenerlas. Eso es una falta de la educación más elemental.

Verónica dijo...

Aunque con retraso Enrique, me meto en esta entrada sólo para apostillar que me parece genial la imagen de las constituciones como "las vacas sagradas" de nuestras democracias. Me parece sensacional el artículo, y comulgo plenamente con todo. Y sí, coincido con Ángel, en que tienes más paciencia que el santo Job. Enhorabuena por tu sensatez y lucidez, una vez más.

En cuanto al Juez Garzón, me gustaría ver cuántos le apoyarán cuando le caiga la condena por las escuchas del caso Gürtel. Qué vergüenza: si un juez de la Audiencia Nacional no sabe que sólo es posible la interceptación de las comunicaciones en los casos de delitos de terrorismo, es que es un ignorante o, peor, un malvado. Eso sí que es saltarse las reglas del juego democrático: cuando se investiga una posible trama corrupta del PP, vale todo, también mutilar un derecho fundamental como es el de la inviolabilidad de las comunicaciones.

¿Y qué dicen los que defienden a Garzón por lo de las fosas y el franquismo, de los pagos del Santander, y del archivo de la querella de Botín, ese pobre descamisado? Pues están callados como p... La prueba está en que el día en que declaró ante el juez Marchena nadie fue a brindarle su apoyo al susodicho juez, estaban solo los periodistas.

En fin, que Garzón está también siendo manipulado por la izquierda, para sus propios fines, pero cuando sea condenado -que lo será, si no, dejo de creer en el Estado de Derecho-, le van a dejar más solo que a una rata. La gente es así de desagradecida y cruel. Y si no, al tiempo.

marinero dijo...

Sólo una apostilla -y no por el santo Job; eso, allá cada cual.
Dice Verónica que Garzón será inevitablemente condenado, "si no, dejo de creer en el Estado de Derecho". No sé en qué exactamente puede basarse la fe que ahora dice tenerle, pero el Estado de Derecho no consiste, como ella parece creer, en que yo condeno (o salvo) a alguien de acuerdo con mis personales convicciones, y el dicho Estado está para confirmar aquello que yo ya creo sin él -o, si no, no sirve. En ese caso, como ella comprenderá fácilmente, todos nos ahorraríamos tiempo y dinero si, en lugar de meternos en costosas instrucciones, sumarios, pruebas y demás líos, simplemente preguntásemos a Verónica qué hacer y actuáramos en consecuencia.
Por lo que dice, no es que en el futuro pueda dejar de creer en el Estado de Derecho, sino que hasta hoy no parece haber llegado a creer en él, quizá por desconocimiento. Por lo demás, según temo, no es la única.