viernes, 18 de febrero de 2011

La crítica

Jesucristo es tan perfecto hombre que hasta quiso disfrutar de algo tan humano como una buena crítica, Él que no las necesitaba. Ocurre en Marcos 12, 32. Preguntado por el mandamiento más importante, contesta Jesús, como sabemos de sobra (en teoría, quiero decir), que amar a Dios sobre todo y al prójimo como a uno mismo. Entonces va y se arranca un escriba que exclama: “¡Bien, Maestro!” y luego, exactamente como un crítico profesional, dictamina: “Has dicho bien” y repite entonces palabra por palabra, que es lo que hacemos los críticos en las reseñas, lo que dijo el Maestro. Aunque no tenía en alta estima a los escribas, a Jesús le alegró mucho esa buena reseña y la honradez intelectual del que la hizo. “No estás lejos del Reino de los Cielos”, se la agradeció, nada menos.

9 comentarios:

Unknown dijo...

El reseñista inteligente dice las mismas palabras que el poeta con una voz menos creativa pero honrada. Eso le gustó a Jesucristo: no falsificar sus palabras y decirlas con otra voz,una voz nada creativa pero honrada.

E. G-Máiquez dijo...

Así es, Javier. Podría ser el santo patrón de los críticos. El hecho de que ignoremos su nombre es muy significativo también, y da ternura.

Anónimo dijo...

Hay en las palabras de Cristo gratitud, felicitación, estímulo para proseguir el camino. También con ellas deja clara su autoridad frente al escriba.
Jilguero

Anónimo dijo...

¿No te parece que das mucho rodeo evangélico para aludir a la crítica que han hecho a tu último libro de poemas en Clarín?
También e´se crítico tiene todo el derecho de entrar en el reino de los cielos.

E. G-Máiquez dijo...

Vaya, no la había leído. ni tenía ni idea. Qué bien (claro.

No aludía a nada en concreto, aunque el estado de ánimo inherente a tener un libro expuesto me hizo ver con nitidez el lado metaliterario de esa escena evangélica. El estado de ánimo mío (que sí las necesito)puede hallarse entre el anhelo y el canguelo. ¿Es partidaria la reseña? ¿Quién la hace?

Y está muy bien visto por Jilguero ese delicado retomar la autoridad de Jesús cuando aprueba la reseña.

Anónimo dijo...

El título es "¿Quién dijo que la tradición es previsible?" Y el autor Eugenio García Fernández.
Te da caña y sedal: extensa, ajustada (no sé si justa) bien trazada y tratada y, sobre todo, nada sectaria ideológicamente hablando.
de nada

Anónimo dijo...

El título es "¿Quién dijo que la tradición es previsible?" Y el autor Eugenio García Fernández.
Te da caña y sedal: extensa, ajustada (no sé si justa) bien trazada y tratada y, sobre todo, nada sectaria ideológicamente hablando.
de nada

E. G-Máiquez dijo...

Eso, muchas gracias.

El título es precioso. Y las reseñas que he leído en Clarín de EGF me gustaron mucho. A ver ésta. Lo de dar caña (y sedal) alarma. Pero el título, ¡ah, eso ya no me lo quita nadie!

Mora Fandos dijo...

Muy buena exégesis, Enrique.