viernes, 25 de febrero de 2011

Malabarismos con un limón

Mi hija encuentra divertidísimo que yo haga malabarismos con un limón. O sea, que me lo pase, haciendo una grácil parábola, de una mano a otra mientras digo “ta-ta-ta-chán”. Con sus cuatro dientecillos, se ríe a mandíbula batiente y mueve los brazos, queriendo aplaudir. Y a mí me parece muy bien, no sólo porque es muy probable que yo no pueda hacerle malabarismos con más limones —con dos ya me liaría—, sino porque es imposible que exista un más difícil todavía. El amarillo perfumado de un limón, como una gota de sol solidificada, la fuerza de la gravedad, un padre que grita “¡ta-ta-ta-chán!” y, sobre todo, una hija que lo mira, ¿no es un truco de Magia y Malabarismo alucinante? ¿Quién lo ha hecho todo así de maravilloso? Si no estuviese malabarismeando, yo también aplaudiría.

14 comentarios:

Adaldrida dijo...

¡GE-NIAL!

Gonzalo GY dijo...

¡Bravo!

(y un babero para el papi)

Ana Agüero dijo...

¡¡Maravillosa entrada, Enrique!! gracias. El limón como una gota de sol solidificada, qué imagen deslumbrante. Cuánta dicha verdadera derrama este post. Y trae ecos chestertonianos, también, como no podía ser menos: Alguien ha hecho que todo sea magia y maravilla... un padre, un limón, una niña.

No pude estar ayer en la presentación de "Con el tiempo" y lo sentí. Me hubiera gustado saludarte realmente y no sólo virtualmente. Ya habrá otra ocasión, me digo, "en este mundo de prodigios/ y de la gracia de Dios lleno" (¿es así la cita?). Tu entrada también suena a Quintana. Sin dejar de ser totalmente tu voz, no otra voz prestada, no sé si me explico: se oyen ecos pero a la vez una voz propia, personalísima.

Abrazos, Ana

Anónimo dijo...

Carlos dijo:
Qué curioso. Esta mañana mismo me embadurné las manos con aceite esencial de limón, y le dije a mi mujer: "Si el sol tuviera olor olería a limón". Y ahora me encuentro con esa imagen tuya.
Cómo fue la presentación en Madrid?
Su relato tal vez merezca una entrada y una foto.

E. G-Máiquez dijo...

Gracias. Efectivamente, Ana, están por detrás de esta entrada GKC y MQ, curiosamente, dos de los autores citados en mi poema "Magia", dedicado a... ¡Rocío Arana, nuestra ge-nial amiga! Todo encaja. Gracias por tu reflexión sobre las voces y los ecos, tan pertinenete siempre.

Lo del olor está muy bien visto, digo, olido, Carlos. De la presentación no puedo hablar porque tendría que decir que el presentador y el público estuvieron a más altura que el poeta, que en todo caso lo estaría a la del marco, un semisótano. Sonaría a falsa humildad, que es uno de los sonidos más cacofónicos del mundo, aunque es verdad. Para que se vea la generosidad del público, esta crónica de uno de los asistentes.

María dijo...

Ay las hijas. Son un regalo.

Qué bonito artículo sobre la poesía en general y sobre la tuya en particular hace tu amigo.

ACdR dijo...

Glorioso el fragrante vuelo del limón. Si todos los poetas tienen algo de Harry Potter o aprendiz de brujo, sus hijas son indudablemente las mejores profesoras que hay en Hogwarts, y enseñan Defensa Contra Las Artes Oscuras (o como se diga).

Gracias por la crónica, ¿hay más? ¿Y la reseña clarinesca?

ACdR dijo...

Glorioso el fragante vuelo del limón. Si todo poeta tiene algo de Harry Potter o aprendiz de brujo, sus hijas son profesoras en Hogwarts de Defensa Contra Las Artes Oscuras (o como se diga).

Gracias por la crónica, ¿hay más? ¿Y la reseña clarinesca?

BV dijo...

Aunque no sirva de crónica, como tuve la suerte de asistir, la lectura de ayer fue una maravilla. A mí personalmente me sirvió para constatar que no tengo ni idea de leer, porque es como si los poemas que ya había leído más de dos y tres veces cobraran en la voz de Enrique una profundidad asombrosa.

En cuanto a la modestia del anfitrión, ayer me regalaron "Cuentas conmigo mismo" de Montanelli, que tiene esta confesión descacharrante:

"Cada poco sufro ataques de humildad. Me digo que solo soy un hábil taraceador de frases y que más que convencer al lector, intento sorprenderle con medios a veces poco lícitos; que soy más pícaro que valiente, etcétera. Pero luego, al final, invariablemente, concluyo que sólo aquellos que tienen mucho talento dudan de su propio talento. Y así, a las muchas virtudes que en los momentos de orgullo me atribuía, acabo añadiendo, por humildad, la modestia"

No es el caso de Enrique, salvo en el mucho talento.

Juan Ignacio dijo...

Muy lindo (y encima deja una puerta abierta al estudio del verbo "malabarear").

Ana dijo...

Realmente es malabarismo auténtico hacer girar una gota de sol.

No pude asistir a la presentación pero si lo hizo T, agradecerte la cariñosa dedicatoria del libro.

En la próxima espero poder estar yo también presente.

Mora Fandos dijo...

Sí, sí, sí... pero te olvidas del factor principal: no hay libro hasta que alguien lo lee. No me quiero poner relativista, pero aquí la espectadora es quien genera semejante espectáculo -a ver si lo pones en youtube-. Un abrazo.

Jesús dijo...

Y versos con una naranja:

A t, las más pequeña, te traigo esta naranja.
Mírala bien primero,¡qué redonda!,¡qué áurea!
(La he cogido yo mismo de la rama). Y ahora,
déjame -tus deditos aún no pueden- pelártela.
Mientras yo te la pelo, juega tú con los trozos
crujientes de la cáscara. Después, muerde muy fuerte,
con tus dos o tres dientes nada más, cada gajo.
Rompe su piel tirante que estalla y que te inunda
la boca con un zumo de acequia alborotada.
¡Mánchate bien las manos, y el vestido, y la cara!
Por favor, (para esto te la he traído), mánchame
por fuera -no me importa- mis libros que se alegran
de naranja y deditos de niña que los manchan,
y mánchame por dentro -por lo más pretencioso
de mi alma- estos versos.
(Luis Felipe Vivanco, del poema "Los regalos", del libro "Los caminos")

Me alegra saber que tuvisteis una velada estupenda en Madrid. Me alegro mucho. Me hubiese encantado estar allí.

Avd dijo...

"con dos ya me liaría" jajajaja muy bueno. Me encanta la imagen que expones de tu hija riéndose y moviendo los brazos.
Como siempre, un gusto poder leer cosas tan agradables.
Un beso.