martes, 8 de febrero de 2011

Worldsurf

Consideraba aquellos veranos míos dedicados a la práctica intensiva del windsurf como una pérdida de tiempo. Podía haber estado leyendo los Pensamientos de Pascal. Pero ya no estoy tan seguro. Mi hija se pone de pie agarrándose a mis dedos como si fuesen una botavara y el movimiento, metiendo primero el culito y arqueando las piernas, que van adquiriendo firmeza a medida que va ganando la vertical, es talmente la maniobra conocida como waterstart. Luego, agarrada a la barra transversal de la cuna, dando saltitos y tambaleándose como si atravesara unas olas invisibles, es como si llevase un rumbo de través. La vida es una navegación, lo supieron los clásicos. Lo es sobre la Tierra, esta tabla de surf revoleada por el espacio. Por esta imagen de mi niña, tan clara y salada, quizá merecieran la pena aquellos veranos, tan deportivos.

8 comentarios:

Mora Fandos dijo...

No hay nada gratuito, fíjate. Muy bien visto, y contado.

Ignacio Trujillo dijo...

Querido Enrique. Será casualidad, pero acabo de leer esta poesía de G. Celaya hace un momento que viene al hilo:

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca...
hay que medir, pesar, equilibrar...
...y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino...
un poco de pirata...
un poco de poeta...
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá nuestra
bandera enarbolada.
(Gabriel Celaya)

E. G-Máiquez dijo...

Muchas gracias, Ignacio. Y más, porque la casualidad no existe ni hay nada, como nos recuerda MF, gratuito. Y me ha hecho gracia que el ingeniero Celaya hable de motores y a mí me vaya la navegación a vela porque el Espíritu sopla donde quiere.

Ignacio Trujillo dijo...

Será providencial entonces, decís bien tu y MF. La casualidad no existe.
Me gusta soñar,con el poeta, que cuando duerma, soplaré junto al Espíritu en las velas de los barcos nuevos que dejamos, ayudando a que ondeen su bandera jubilosamente...

cb dijo...

Qué bonito, qué bonito...
Ojos de windsurfero juvenil y, sobre todo, de poeta.
Todo es aprovechable, pero para los poetas más.

Juan Ignacio dijo...

Además de la bella imagen me sorprendió tu faceta de practicante de windsurf (positivamente, digo).

Anónimo dijo...

Su blog debería llamarse "Cielos y sueños" o "Manual para la perfecta crianza de los hijos", dado que de "rayos", nada de nada y mucho menos de "truenos".

El inspector de la luz

E. G-Máiquez dijo...

Me lo tomo como un elogio, luminoso amigo. Si recojo en libro estos años de blogg, en los que parece haber escampado y brillar el sol, tendré en cuenta su propuesta a la hora de titular el volumen. Gracias.