Del último y esperado libro de José Cereijo, Los dones del otoño (Pre-Textos, 2015), qué bien lo dice todo José Luis García Martín. A Cereijo no le importa repetirse, pero porque él dice lo suyo. Sería feo que yo repitiese lo de JLGM, pudiendo enlazarlo.
Añado apenas tres cosas que me han conmovido.
La preciosa dedicatoria: "Para Miranda, estos versos que sólo la presienten".
Sé que este poemario llevaba mucho escrito y pienso que el retraso en su publicación ha resultado providencial para mí, porque lo he leído con un ánimo más otoñal que nunca, y Los dones del otoño me han dejado mejor la dulzura que traen. Estaba mejor dispuesto.
Y un pequeño poema que yo hubiese dejado más corto. Aquí lo tienen (y en la página 20):
Ahora, al fotografiarlo para subirlo, he descubierto que subrayar es tachar, de una manera tácita y, sobre todo, asertiva, lo otro. El negativo de la foto sería este poema:
El verde que todavía
retiene el otoño, ¿no te recuerda
al de tu propio corazón?
Que nos recuerda al inmejorable haijin que es Cereijo, y que se convierte en un poema que ya no olvidaré. Como otros del libro, eh.
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