miércoles, 6 de marzo de 2013

A cada uno lo suyo


Que la prosa pese, que el verso vuele. 


4 comentarios:

Juan Ballester dijo...

O viceversa.

Anónimo dijo...

¡Ojo!, que lo que pesa tiene contenido. Y con unas alas puede volar.

E. G-Máiquez dijo...

Sí, sí, las alas de la aliteración y de mi propia querencia me han hecho simplificar mucho la cuestión. Gracias a ambos por poner las cosas en su sitio, que son ambos. Lo que no puede la prosa es trastabillarse ni el verso tropezar.

gatoflauta dijo...

Yo también creo en lo de "viceversa", sobre todo para la prosa. Por poner un ejemplo, no me parece a mí que la de "Pedro Páramo" sea en absoluto "pesada", cosa que quizá tenga algo que ver con lo que el propio Rulfo explicó respecto a que había suprimido deliberadamente las partes más explicativas o de enlace de sus redacciones primeras. Tampoco pienso que lo sea la de Borges, por otro ejemplo.

Y, con respecto a la poesía, tampoco está de más, me parece, el recordar los versos del "Credo poético" de Unamuno ("Piensa el sentimiento, siente el pensamiento; / que tus cantos tengan nidos en la tierra, / y que cuando en vuelo a los cielos suban / tras las nubes no se pierdan. // Peso necesitan, en las alas peso / la columna de humo se disipa entera, / algo que no es música es la poesía, / la pesada sólo queda"), o la calificación que él mismo hiciera (y rectificara más tarde) de la poesía de Rubén Darío como "demasiado gaseosa, a la americana". Aunque eso sea injusto, no lo es la advertencia contra la poesía "gaseosa", que me parece no es nada rara en estos tiempos, y un riesgo que acecha más (pero no sólo) a ciertos vanguardismos.

En resumen, yo creo que, tal como ya lo insinúa el primer verso de Unamuno, lo deseable es un equilibrio activo entre "la gravedad y la gracia", por decirlo con palabras de Simone Weil; y que éso vale tanto para la prosa como para la poesía, aunque no valga para ambas exactamente de la misma manera.