lunes, 11 de marzo de 2013

La batalla del Abismo de Helm


Miguel es uno de esos ex-alumnos que la crisis ha traído de nuevo al IES, para desgracia suya, pero para fortuna nuestra y de sus compañeros, a los que su madurez ayuda. Ya cuando fue alumno mío, hace casi diez años, le tenía una especial simpatía, a pesar de todo. Ese año, en el último examen tipo test del curso, pregunté: "¿Cuál es la frase que más ha repetido vuestro agónico profesor de FOL?" y junto a otros opciones más jurídicas, como que del cumplimiento de las obligaciones se responde con todos los bienes presentes y futuros, la irretroactividad de las normas penales y las temibles causas del despido disciplinario, propuse: "Miguel, por favor, calla". Fue marcada unánimemente por la clase. 


Sigue hablando mucho. El viernes me asaltó en la biblioteca porque me vio leyendo en un e-book. Me contó que se ha aficionado, quién me lo iba a decir, eh --me guiñó--, a la lectura, y que estaba pensando comprarse un aparato de esos, para ahorrar en libros, y en regalarle otro a su novia, que está leyendo todos los tomos de las sombras de Grey en el ordenador, dejándose la vista. (Si sólo fuese la vista, pensé yo, pero no dije nada.) "Y tú, ¿qué lees?", pregunté, temeroso. "Yo, El señor de los anillos". Umm, dije, aprobatorio. Si no fuese por el común denominador de los orcos..., y ni por ésas: ¡qué lecturas tan divergentes! Ni Miguel ni su novia lo saben, pero cuando echan la tarde leyendo juntos, cada uno su libro, está librándose la batalla del Abismo de Helm. ¡Que gane el mejor, Miguel!

7 comentarios:

Jesús Beades dijo...

Mi solidaridad con los que hablan mucho.

E. G-Máiquez dijo...

Y si los habladores son tolkinianos, miel sobre hojuelas.

Anónimo dijo...

Un abismo en las lecturas puede llegar a significar un abismo en el pensamiento.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Me da la impresión de que el modelo de varón que valora tu alumno es más Faramir que el prota de las sombras de Grey, así que la novia debería leerse a Tolkien a ver si cae del guindo. Un abrazo.

E. G-Máiquez dijo...

Efectivamente, Isabel y Jesús, eso es. Gracias por leerme tan bien.

Anónimo dijo...

Enrique, da gusto comentar en tu blog, eres tan agradecido...

Adaldrida dijo...

Qué genial, qué genial.