jueves, 29 de junio de 2017

Vía purgativa


Me preocupaba ver a Carmen menos rezadora que Quique. Pero en la misa conmemorativa de San Josemaría Escrivá de Balaguer tuve el consuelo de comprender que son espiritualidades distintas. Quique se hace preguntas teológicas muy profundas y le inquieta el más allá. Sueña con el día de su Primera Comunión. Carmen, no. Pero al verme en la cola de confesar me preguntó qué hacía. "Esperar para contarle al sacerdote las cosas que he hecho mal y que me ponga una penitencia y que Dios me perdone". No dijo, como habría hecho una modernita, que yo no hago nada mal. Se le iluminó la mirada. "Quiero confesarme". Y cogió una perra tremenda con su deseo de confesar. Yo estaba enternecido y orgulloso porque veía mi herencia psicológica y admiraba la vía purgativa, que es, por lo visto, la de Carmen. Me costó Dios y ayuda (literalmente) convencerla de que había que esperar aún un poco. Pero ahora está deseando que llegue el día de su primera confesión. Quique, más en la vía iluminativa, como su madre, me preguntó: "Y si yo no he hecho nada mal, ¿de qué me confieso?" Es un alma pura.


2 comentarios:

Mamen P dijo...

Lectora desde hace años, creo que nunca he comentado...pero la ocasión lo merece. A la salida pude "conocerlos" en persona esperando un ascensor y me hizo mucha gracia la conversación que se traían..., ¡lástima no haber sabido de esas "profundidades"! Habría sido divertido ver el episodio en vivo...:) Ahora más fan todavía...

Josefina dijo...

Yo la hubiera dejado confesar. ¿Qué se perdía? Sí, hay unas reglas. Pero luego leemos vidas de santos y vemos que las reglas muchas veces no son tales. (Las humanas en comparación con las divinas). Admito que me puedo estar equivocando.