viernes, 17 de diciembre de 2010

Traer carbón

Los profesores discutimos a menudo qué es lo peor de nuestro trabajo. Lo mejor está claro: julio y agosto. El puesto pésimo se lo disputan corregir exámenes, el creciente papeleo administrativo y los problemas de disciplina en el aula. Yo suelo votar por el papelón administrativo, pero ahora, con montañas de exámenes malísimos que corregir, dudo. La cantidad es lo de menos. Sufre sobre todo la autoestima: “¡Esto es lo que les he enseñado, ay, tras un trimestre desgañitándome!” y sufre la misericordia: “Qué pena dejarles una calabaza o carbón por navidades a estos alumnos tan simpáticos, en el fondo”. ¡Qué admiración a Dios, nuevamente! A Él, que sabe ser a la vez justo y misericordioso.

3 comentarios:

Mora Fandos dijo...

El arte sumo de las artes. Ánimo.

Alejandro Martín dijo...

¡¡Los exámenes, los exámenes!! ¡¡Lo peor son los exámenes!!

JuanMa dijo...

¡Ay, cómo comulgo con lo que dices!
¡Qué de actualidad en mí están tus palabras!
Por ahí ronda mi crisis de los 47 (que no de los 40), a los 22 de profesión.
JuanMa.