jueves, 14 de mayo de 2009

Ubi sunt?

Luis Rosales hijo no me lo discutió, pero puso una leve cara de sorpresa cuando yo comenté que más que Leopoldo M. Panero me gustaba su hermano Juan Luis. Me hice el firme propósito de releer a ambos. [Parece que estas comparaciones consanguíneas [lo saben Manuel y Antonio] son tan automáticas e inevitables que hasta yo caigo en ellas, con lo que las sufrimos en carne propia Jaime y yo.]

Como recordaba, hay un momento a partir del cual Leopoldo María te vuelve loco, y ya no hay quien le siga. Sin embargo, no se va ahora de mi memoria un poema suyo en prosa que es otro maravilloso Ubi sunt? Si Piedad Bonnett escribía desde la perspectiva del profe, LMP lo hace desde la del antiguo alumno, y es desolador. Diría que es lo mejor de su obra, si eso no significase nada. Es más: un poema extraordinario, que bien puede compararse con cualquiera de su hermano o incluso de su padre.

...................AL OESTE DE GREENWICH

¿Qué se hizo de la Tabla de Bacon, de la Velocidad, de la Energía, qué se hizo? ¿De la ecuación tarde o temprano resuelta, del problema imaginario, de la circulación y de la sangre?... ¿Dónde, dónde el meridiano de Greenwich, el ecuador, los polos, dónde la Tierra de Fuego, las minas de carbón o de platino? Y la vida reducida a una combinación de carbono, de hidrógeno, de oxígeno…
Alguna vez creí en los glóbulos blancos.
Alguna vez creí en la gangrena y otras enfermedades localizables.
Alguna vez creí que Fleming nos había liberado.
Alguna vez creí que tras del experimento de Michelson y Morley todo había terminado.
Hoy…
“Es la hora profesor”, de pronto una voz ronca.
“Es la hora profesor”… Hace tanto tiempo que fue la hora.

Hoy… Cae torpe, vanamente, la nieve, cubre espacios desiertos, fina nieve de inútiles nombres y cifras.

Hoy… El Tiempo, el Espacio… Solos, sin ecuación posible.

12 comentarios:

Olivia dijo...

A mí me gusta mucho Juan Luis y poco, muy poco, Leopoldo Maria. Supongo que la antipatía por este último influirá y no soy objetiva.
Aunque el poema que usted nos trae, me gusta.
Si no ha leído las memorias de Juan Luis, premio Comillas de hace unos años, se las recomiendo. Un saludo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

La verdad es que Juan Luis, es eterno.

Saludos.

Jesús Sanz Rioja dijo...

No más a señor servir..., que dijo el otro.

Anónimo dijo...

Más allá de la antipatía que comprendo que pueda llegar a causa el personaje de Leopoldo María, no tengo dudas de que su obra es bastante más importante que la de su hermano Juan Luis, que, ojo, también me gusta. A Leopoldo Mª ya es prácticamente imposible seguirle, hace años que publica el mismo libro, pero entre sus primeros libros hay verdaderas joyas.

Kiko MM dijo...

joder, qué bueno

Manupé dijo...

No puedo con él, ni al principio ni al final ni en el medio. Me pasa lo mismo con Leon Felipe.
A los dos los tengo en mi lista de poetas imposibles.

Manupé dijo...

Debo despedirme. Me voy al cuerno de África para cumplir y hacer cumplir la ley así que en los próximos cuatro meses va a ser muy complicado leerte a ti y a tus bloggeros y prácticamente imposible( lo intentaré) dejar aunque sólo sea un saludo.
Estoy preparando la selección de lecturas que me voy a llevar y he decidido, por la consideración que te tengo, llevarme una Antología de Leopoldo M. Panero para ver si termino de cogerle el punto. Lo que no sé es si Machado, Ruben Darío y Fray Luis de León que también vienen protestarán al verse junto a él. El resto, prosa sesuda y menuda espera paciente la selección definitiva dadas las limitaciones de peso y espacio. Mientras sí, mientras no, lo mejor, Espronceda:

»Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar.

»¡Sentenciado estoy a muerte!;
yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena
quizá en su propio navío.


Hasta Septiembre. Un abrazo, poeta.

jaime dijo...

qué poema más bueno. Un descubrimiento. Si es capaz de escribir esto merece una seria y cuerda antoligia. ¿La tiene ya? Jaime

Anónimo dijo...

Jaime, la antología más conocida de L. Mª. Panero -desconozco si existen otras- es la que preparó Jenaro Talens en Cátedra, Agujero llamado Nevermore, se llamaba. Un saludo.

Alejandro Martín dijo...

Ostrassss, impresionante. Tengo que leer más.

Juanma Suárez dijo...

¿Puedo ser más prosaico? El principio del poema a mí me suena a una canción de uno de los que yo considero mejores grupos de rock que ha habido en España, granaínos para más señas: los 091. La canción se titula "Qué fue del siglo XX".

E. G-Máiquez dijo...

¡Buen viaje, Manupé! Te echaremos de menos, pero tú disfruta, y ya nos contarás tus aventuras.