jueves, 8 de agosto de 2013

Palomas y serpientes


En el último, aunque estará al salir el próximo, número de Clarín publico, con el título evangélico de "Palomas y serpientes" estos aforismos: 


Yo siempre me doy por aludido. Es un tic de lector.
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Desde que muere tu madre la muerte es tu hermana.          
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Si aplauden tu rebeldía y tu inconformismo, no eres rebelde ni inconformista.
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Una mañana de invierno con un cielo tan azul que, si no fuese por la claridad, sería una noche de verano.
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Las rosas, con sus espinas, son la encarnación botánica del "Sed cándidos como palomas y astutos como serpientes".
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Se reconoce a los grandes porque siguen creciendo.
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La música me redime de las matemáticas que no sé, de los idiomas que no hablo, de lo espiritual que no soy.
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Se comienza a ser un maniático del orden cuando lo que gusta no es tanto hallar las cosas en su sitio como dejarlas en su sitio.
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Ofensivo o inofensivo, esta odiosa disyuntiva…
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Mi hiponcondría hace las veces de la calavera que los barrocos se ponían sobre la mesa de su estudio.
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Mi verso libre es la prosa.
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Las comparaciones no son odiosas casi nunca, pero los odios son comparativos casi siempre.
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Cuando uno se arrepiente de haber sido bueno, es que fue tonto, no bueno.
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La ironía no se anda con bromas.
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Los que leen buscando faltas de ortografía son los liniers de la literatura.
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Cuando caigo en los brazos de la melancolía, me siento adúltero.
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Hay que ser muy famoso para que te cite un tonto.
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La hipocresía es la ordinariez de los finos.
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La muerte no me asusta, me estresa.
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Ya quisiéramos que se llamase "regocíjese", pero se llama "pene".
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Las alas de la mariposa son Narciso y su reflejo.
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El optimismo goza, además, de muy mala reputación.
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Las personas inteligentes escasean; y a las que hay las diezma la vanidad.
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Envidia: cuando nuestro amor propio nos pone los cuernos con otro.
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El lucero del alba tiene luz bastante para compensarnos cualquier madrugón.
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El poeta que reza el Veni Creator antes de sentarse a escribir no va a ponerse luego quisquilloso con los derechos de autor.
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Los relojes de arena entusiasman a los conservadores porque, si nos dejamos de revueltas, el tiempo no corre.
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Lengua materna, porque nos concibe. ¡Aunque mucho cuidado, que aquí sí que abundan los complejos de Edipo!
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El plagiario nos da liebre por gato.
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Los tontos admiran a los listos que envidian a los inteligentes que aprecian a los sabios que aman a los tontos.
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Sostengo que la poesía no es estética por la suntuosa belleza de la idea.
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Cualquier silencio no vale, sino el que lo dice mejor que las palabras.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy ingeniosos. Me ha gustado mucho el antepenúltimo:

"Los tontos admiran a los listos que envidian a los inteligentes que aprecian a los sabios que aman a los tontos."

Aunque genera en mí algunas dudas. Los sabios, ¿aman a los tontos al modo que se ama una buena mascota, sin que el mismo que la ama quiera ser una de ellas, aunque pudiera? ¿O porque realmente quiere llegar a ser un tonto? ¿O porque en el fondo ya sabe que lo es?

Estas cavilaciones me han surgido al leer aquel pasaje de San Agustín (Conf.IV,14,22); el cual no estoy muy seguro de haber entendido del todo:

ubi distribuuntur ista pondera variorum et diversorum amorum in anima una? quid est quod amo in alio? quod rursus nisi odissem, non a me detestarer et repellerem, cum sit uterque nostrum homo? non enim sicut equus bonus amatur ab eo qui nollet hoc esse etiamsi posset. hoc et de histrione dicendum est, qui naturae nostrae socius est. ergone amo in homine quod odi esse, cum sim homo? grande profundum est ipse homo, cuius etiam capillos tu, domine, numeratos habes et non minuuntur in te: et tamen capilli eius magis numerabiles quam affectus eius et motus cordis eius.

Parnásico.

Juan Ignacio dijo...

geniales EGM

João Filho dijo...

Muito bons! Enrique, não sei se vc conhece, ou se já citei alguma vez comentando textos seus, se não, cito novamente: o argentino Antonio Porchia http://www.antonioporchia.com.ar/

E uma de suas inferências: "Cuando las estrellas bajan, !qué triste es bajar los ojos para verlas!"

E. G-Máiquez dijo...

Muchas gracias a los tres. Los sabios aman a los tontos como a sus semejantes, pues ambos lo son porque no saben (casi) nada. Tengo que buscar (lo haré) una traducción de Agustín. Mi latín está muerto.

Porchia era una asignatura pendiente que gracias a ti Joâo voy a saldar de una vez. La página es maravillosa.

Jesús Sanz Rioja dijo...

Me apunto el tercero. Eso elimina prácticamente a todos los que pasan por tales.

Madreconcarné dijo...

Me han gustado mucho todos. Los que más, estos tres:

Se comienza a ser un maniático del orden cuando lo que gusta no es tanto hallar las cosas en su sitio como dejarlas en su sitio.

Hay que ser muy famoso para que te cite un tonto.

Envidia: cuando nuestro amor propio nos pone los cuernos con otro.

¿Será que soy una envidiosa de maniáticos del orden más famosos que yo?

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

Muy buenos, de verdad. Y perdone que a veces sea tan puntillosa. Le juro que no soy un alias de Ricardo Senabre.