Rutler, en su introducción a la edición
inglesa de San Francisco de Asís de
Chesterton, recuerda que un filósofo francés dijo que la peor tragedia es no
ser santo; y que Chesterton asintió a su modo al afirmar que la mejor comedia
es serlo. Debe de referirse a Léon Bloy, que escribió: “Sólo existe un dolor, y
es no ser santo”. Yo confieso que a veces me he sentido tentado a contraponer
la figura quejosa de Bloy con la jocosa de Chesterton, como los auténticos
Heráclito y Demócrito cristianos, esto es, el filósofo que siempre llora y el
que siempre ríe. Pero nunca me he decidido. El cristianismo disuelve al final
todas las diferencias y he terminado apostando por Cioran como
la auténtica contrafigura chestertoniana. Él sí apostó por la amargura y por un desbordante nihilismo, mientras que Bloy & Chesterton, cada cual según su humor, apuestan por la santidad, que es todo lo contrario.
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5 comentarios:
No estoy del todo seguro de que decir que Cioran "apostó por la amargura" sea hacerle justicia. Apostar por algo es apoyarlo, incluso jugándose en ello el honor o el dinero. Y quien dijo, por ejemplo, "lo que sé arruina lo que deseo" (está en "Ese maldito yo"), no me parece a mí que apueste por la amargura (que, parece evidente, tiene que ver ahí con "lo que sabe", no con "lo que desea"), sino que sólo la reconoce y (si acaso) la padece, lo cual es muy distinto
Pues lo último que querría yo es ser injusto con mi querido Cioran... Pero ¿no se complacía un tanto en la desesperación el buen hombre? Su afición al suicidio, por ejemplo, era lo que le salvaba del suicidio, dijo mucho, y por eso le estaba tan agradecido. Véase, sin embargo, el horror incomparable que le provocaba a su contrafigura (con perdón) GKC.
No se si mi comentario es oportuno porque en la entrada se habla de "figuras" sobre las que siento mucho no poder opinar.
Lo que si tengo muy claro es que la llamada a la santidad es para todos los católicos y si puede ser de una manera alegre, mejor que mejor.
Un abrazo
Caty
Por cierto, Gatoflauta, muchas gracias por hacerme de auténtica contrafigura en el artículo de hoy del Diario de Cádiz. Así queda muy centrado el asunto.
De nada, oiga; gracias las que usté tiene, y yo envidio (sanamente).
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