jueves, 11 de octubre de 2012

Do babeo

Carmen nos dio una noche de martes a miércoles malísima. Ni pegó ni dejó que pegásemos ojo. Estaba enferma, con gastroenteritis, dictaminó el médico por la mañana. No mejoró tampoco ayer. Cuando al medio día llegó  su madre le preguntó: "Y hoy, ¿qué has hecho en casa, guapa?". "Vomitar", informó. Efectivamente, y así me la encontré yo a media mañana, agotada. Le di varias medicinas y después, se tumbó un poco, mientras yo le acariciaba el pelito. En ese momento le hice la pregunta crucial: "¿Estás contenta o triste, Carmen?" Con un hilillo de voz dijo: "Contenta", y me dio la alegría de la mañana, que aún me dura. 

Qué bien que no confunda estar sana con estar feliz. Una alegría invulnerable a la enfermedad, a una noche sin dormir, a unas décimas de fiebre y al amargor de las medicinas, esa alegría, es el alma. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta!!!!

BV dijo...

Touching.