Fúster, que es más listo que el hambre, no concede ni un milímetro a la posición procatólica sobre William Shakespare, llegando incluso a ignorar el comprobado catolicismo de su hija Susana o renunciando a citar las conclusiones de Pearce sobre ese servicio (fermosa cobertura) a un hugonote. Hace bien, porque resulta mucho más convincente que mi fervorosa fe en la catolicidad del Bardo; y así encuadra mejor (y qué bien lo hace) la obra Tomás Moro.
En cambio, a Fúster, normalmente frío, se le escapa un entusiasmo, y me laurea, como quien no quiere la cosa. Ay, qué impetuosa es la amistad.
PS.- ¡Anda, otra mención!
3 comentarios:
¡Hace bien Fúster!
De listo, nada. Apañao, todo lo más.
De listo, nada. Apañao, todo lo más.
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