lunes, 15 de octubre de 2012

Pienso mal, pero me encanta equivocarme


Hace 6 años, 6, nada menos, escribí en este blogg la entrada "Cómo pensar de los demás sin equivocarse".


Pensaba que no se podía decir nada más, pero estaba equivocado: José Luis García Martín nos demuestra en Enigmas con jardín  que la literatura y el alma humana son inagotables. Él se dice: 
Pienso casi siempre mal, pero me encanta no acertar.
Oh, pienso yo, qué acierto. Ahí está, intacta, la astucia del refranero, pero la grandeza moral, ahora bien alegre, de la simpatía de fondo. Por si eso fuese poco, con unas gotas de maravilloso humor auto irónico. El personaje literario de García Martín es —digo, el personaje— muy mal pensado, así que aquí, como en el cuento "Borges y yo", hay implícito un diálogo entre ficción y vida de lo más suculento, que acaba bien. Hasta ahora ponía de ejemplo de acabada poesía la aportación de Borges, en comparación con las otros dos tanteos. Sin embargo, ya no sé con quién quedarme. Quizá para los buenos propósitos con Borges y para la gozosa realidad con García Martín. 
* * *
PS-1. Mis alumnos prefieren, sin dudarlo, el de García Martín, con este perspicaz argumento: en todos los demás se carga sobre el otro el error y la equivocación, mientras que uno aparece inmaculado. En cambio, en el último, el golpe de pecho y el golpe de luz se dan en el propio pecho y viene de los demás, respectivamente. Aciertan los alumnos. 
* * *
PS-2. Piensa y acertarás. Qué maravillosa aportación de Jilguero en comentarios. 

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás lo más acertado sea no seguir una norma (pensar bien, pensar mal). Puestos a proponer, yo diría:
Piensa; muy probablemente acertarás; y si no, te enriquecerá tu error.
Jilguero.

Anónimo dijo...

Piensa mal y acertarás, dice el refrán. Pero a mi pensamiento lo de pensar mal o bien no le deja pensar en condiciones.




Lagartijo. dijo...

Piensa mal y acertarás. Piensa bien y vivirás tranquilo.

Adaldrida dijo...

Yo casi nunca pienso mal... y no sé cuántas veces acierto o no, no me paro a ver el resultado.

E. G-Máiquez dijo...

Bravo: Piensa mal y pasa, sería tu lema, Rocío. Muy bueno.

Cristina Brackelmanns dijo...

qué gracia, yo el refrán lo entendía de otro modo, no como que no hay que fiarse de nadie, sino como que si piensas mal de alguien acabarás acertando, como que provocarás el mal pensado.
Claro que valdría igual que "piensa bien y acertarás".
De todos modos lo de JLGM me parece muy ombliguista, a él le encantará equivocarse, pero a la persona con la que se ha equivocado, igual no le encanta tanto que pensaran mal de ella.
Genial lo de Rocío, piensa bien y passa.

gatoflauta dijo...

Mi propia opinión tiende a ser algo así: "Piensa mal, y te equivocarás siempre, aunque aciertes". No sale a cuenta.

E. G-Máiquez dijo...

Pues es excelente, Gatoflauta, muy borgiana, pero yendo al grano.

Y qué bien visto, C. B., el resquicio de la de JLGM. Aunque también tiene un placer especial haber desconcertado al que pensó mal de uno en un principio.

Anónimo dijo...

He estado pensando en el dichoso refrán. El espíritu de la escalera me sugirió que el "piensa bien" o el "piensa mal" son excusas para no pensar. Después se me ha ocurrido otro enunciado, y es por él por lo que te pongo este nuevo comentario: Creo que lo más gratificante es decir: "piensa mal (¿y te alegrarás?)"; o porque tienes la satisfacción de acertar o porque es agradable la sorpresa que te llevas si no aciertas.
Jilguero.