lunes, 31 de enero de 2011

Ángel Mendoza 3/4

...............NIGHTMARE

Era de nuevo octubre del noventa
y en el viejo autobús hacia la Facultad
se sentó junto a mí,
pero en cambio esta vez no dije nada.
Así que nunca más la volví a ver,
y nunca coincidí con ella en ningún sitio,
ni pude presentarme, ni insistí en que supiera
mi pasado de niño de barrio pobretón.
Tampoco se partió de risa con mis chistes
sobados y patéticos,
ni accedió pensativa, haciéndose la dura,
a ver una película de moda en esos años,
Nightmare, (ni a los refrescos
invitó ella y a las copas yo.)
Así que no nos vimos muchos años después,
recién salidos de otra pesadilla,
y no hablamos mil horas por teléfono,
y no hicimos un nudo de aquellas cuerdas rotas,
y una mañana no naciste tú,
y yo no te escribía jamás este poema. 

De Horario de invierno (Pre-Textos, 2005).

6 comentarios:

Adaldrida dijo...

¡Este poema es increíble! Me apasiona. Recuerdo que cuando hice la reseña para Poesía Digital fue uno de los poemas que más me gustaron.

Cristina Brackelmanns dijo...

Uf, qué mal rato. Es emocionante, sí que apasiona, pero dan ganas de darle un coscorrón.
Me ha hecho acordarme de Cristina, que cuando le ponen un sobresaliente empieza diciéndome que se la han cargado. No sabes si felicitarla o darle un meneo.

E. G-Máiquez dijo...

Lees como nadie, CB. Es otro efecto de la poesía de ÁM: dan ganas de darle un coscorrón... un coscorrón emocionado, y no sólo por lo de las farolas.

Jesús Beades dijo...

Hacer un nudo de aquellas cuerdas rotas... Toma ya.

Muy bueno, sí señor.

Anónimo dijo...

¿Y el 4/4?

E. G-Máiquez dijo...

Gracias por el recordatorio, D. Anónimo. Esta tarde.