lunes, 31 de enero de 2011

— Mon semblable, — mon frère

En la barra del bar, junto a su taza de café, el parroquiano, serio, meticuloso, reflexivo, hace su quiniela. Yo, a un metro y medio, junto a mi taza, también me concentro en mi papelito: en una servilleta tomo notas para un poema. ¡Oh, mi hermano, los dos esperamos un golpe de fortuna!

3 comentarios:

Mora Fandos dijo...

... y qué diferente desenlace.

E. G-Máiquez dijo...

No te creas, generoso MF. Prácticamente el mismo.

Cristina Brackelmanns dijo...

No es lo mismo, no. El parroquiano se parece más al comentarista deportivo, tú estás en el campo jugando todos los partidos.
Tanto blackberry y tanto trasto, y al final las servilletas, eh... ¿qué tendrán las servilletas?
Nos felicitamos por esas notas,muchas gracias por adelantado.